Los padres podemos ayudar al niño a vencer la timidez y la vergüenza
Ser tímido es un rasgo de nuestra personalidad que se debe al conjunto de factores hereditarios y del entorno donde nos criamos. La timidez se puede presentar en mayor o menor grado cuando somos niños.
La timidez hace que los pequeños puedan experimentar incomodidad, e incluso aprehensión cuando viven situaciones nuevas que se dan fuera de su entorno. Además, el simple hecho de estar cerca de otras personas puede afectarles según el grado de timidez que presenten. Cómo podemos ayudar al niño a superar su timidez y vencer todos los obstáculos que plantea.
La timidez a lo largo del crecimiento del niño
Ser tímido se considera una reacción habitual y una respuesta lógica del niño ante lo desconocido. Gracias a los estudios realizados por el psicólogo Jerome Kagan podemos afirmar que el 20% de los niños nace con la predisposición de ser tímidos. Además, sabemos que a lo largo de su maduración los niños empiezan a sentirse como uno más y lo que hay alrededor en su entorno también cuenta. Así:
– La timidez puede aparecer a partir del primer año del niño, en el momento que surge el miedo a la separación de su figura de apego.
– Sobre los 3 años al enfrentarse a un nuevo contexto social cuando se inicia el periodo escolar, la timidez se puede acentuar.
– Entre los 5 y 6 años es cuando comienza la socialización en pleno auge.A los niños les empieza a importar lo que piensen otros, empiezan a evitar conductas que les prevengan de críticas por lo que tendrán en cuenta todo lo que les rodea antes de realizar una conducta que les pueda repercutir positiva o negativamente.
– Ya en la adolescencia esta conducta es mucho más latente.
Cuáles son las señales que nos indican que el niño es tímido
Para ayudar a los niños es clave que los padres, los profesores, e incluso los amigos observen a los pequeños y estén alerta ante algunas señales o conductas como:
– Preferir estar solos antes que formar parte del grupo.
– Miedo o ansiedad en el momento de expresar una opinión en presencia de otras personas.
– En presencia de otros niños se muestra reservado y distante, le cuesta iniciar conversaciones con otros niños, nunca muestra iniciativa para hacer cualquier actividad.
– Problemas relativos a su autoestima como: sentirse inferiores y no saber defenderse. Además pueden aparecer problemas como dolores de barriga o de cabeza como forma de evitar ciertas situaciones.
Es importante darse cuenta de estas señales y que los padres, profesores y todos los adultos del entorno del niño se comuniquen lo que van observando en el comportamiento del niño para evitar que la timidez se acrecente y que vaya derivando en una ansiedad que dificulte el establecimiento de relaciones sociales.
5 consejos para ayudar al niño a superar la timidez
El contexto más importante para que el niño supere la timidez es la familia. Todo lo que ocurre dentro del núcleo familiar influye desde la primera infancia en el desarrollo posterior del carácter y las cualidades del pequeño. Por tanto, la familia es el entorno más propicio para ayudar al niño a superar la timidez ya que le proporciona seguridad, estabilidad emocional, tranquilidad, etc. Algunos consejos para ayudar al niño a superar la timidez son:
– Evitar la sobreprotección. Hablar por el hijo, consolarle cada vez que se muestra retraído, evitar todas las situaciones que puedan ser incómodas para el hijo, etc. Son todas situaciones que pueden tener un efecto negativo y que guíen al niño hacia un aislamiento social que acrecente el problema.
– No forzar conductas. Frases como: “saluda a…”, “juega con esos niños” e insistir en que tenga una conducta para la que aún no están preparados puede ser contraproducente. Así que es mejor no insistir, no forzar, ni obligar a que hagan lo que nosotros queramos.
– Evitar etiquetas. Estas pueden ser peligrosas. Muchas veces los padres los utilizan de excusa para escudar al niño. Es mejor dejar que el niño se relaje y afronte poco a poco las situaciones nuevas, que excusarle con la frase: “es que es muy tímido”.
– Valorar positivamente los comportamientos del niño. Reconocer sus actitudes positivas ante la timidez ayuda a que los niños confíen en sus capacidades y se sientan más seguros en futuras interacciones.
– Predicar con el ejemplo. Si los padres se muestran sociables ante situaciones nuevas hay mayor probabilidad de que los hijos aprendan a comportarse igual en las mismas circunstancias
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